Made for Freedom:
El matrimonio y la libertad religiosa se mantienen
unidos—o se caen—juntos
El matrimonio, la unión exclusiva y vitalicia de un hombre y una mujer, es un bien distinto en sí mismo, y merece ser protegido. Al mismo tiempo, ya que el matrimonio y la familia son los cimientos de la sociedad, las propuestas para “extender” y, finalmente, “redefinir” al matrimonio para que incluya a dos personas del mismo sexo, amenaza no sólo con despojar al matrimonio de su significado sino también con colapsar otros pilares fundamentales de la sociedad. Uno de esos pilares es la libertad religiosa.
La libertad religiosa es “el derecho a vivir en la verdad de la propia fe y en conformidad con la dignidad trascendente de la propia persona” (CA, no. 47). Ésta implica no sólo la libertad para rendir culto en privado sino también la libertad para seguir los principios de nuestra fe en la esfera pública. La amenaza a la libertad religiosa no es (como se cree comúnmente) que el clero estaría obligado a oficiar en el “matrimonio” de dos personas del mismo sexo. Más bien, las amenazas son más sutiles. La ley no toleraría que las personas y los organismos actúen en contra de los que comúnmente se mantienen como valores democráticos. Si la oposición al “matrimonio” de personas del mismo sexo es considerada igual a la oposición a los matrimonios inter-raciales, lo cual era común hace unas cuantas generaciones atrás, entonces los que mantienen este modo de pensar serán considerados y tratados como intolerantes raciales. Aunque mantener este modo de pensar, de por sí, no es contra la ley, la ley—y la sociedad en general—tiene maneras de castigar, tachar y marginar a esas personas, por ejemplo, negándoles licencias profesionales (como terapeutas, para dirigir una estación de radio o televisión, para dirigir una escuela, etc.), negándoles la exención de impuestos a las organizaciones no lucrativas, negándoles el derecho a la objeción de conciencia, etc.
La verdad acerca del matrimonio es un aspecto integral de la enseñanza de Jesús. Pero las leyes contemporáneas que “redefinen” al matrimonio para incluir a dos personas del mismo sexo amenazan con reprimir la capacidad de la Iglesia para enseñar públicamente acerca de lo singular del matrimonio y dar testimonio de éste como el vínculo vitalicio entre un hombre y una mujer. Han ocurrido numerosos incidentes en donde la fidelidad de los cristianos a la verdad acerca del matrimonio ha sido condenada como “intolerante” o como una “incitación al odio” y, como consecuencia, se ha demandado a profesionales (quienes perdieron), se les ha revocado la exención de los impuestos a iglesias e, incluso, se les ha negado a ministros ordenados el derecho a enseñar públicamente sus creencias religiosas acerca de este asunto.
El matrimonio debe ser protegido por su propio bien y no sólo para preservar la libertad religiosa. Sin embargo, las consecuencias de cambiar la definición legal del matrimonio son muy grandes y amenazan con usurpar la habilidad de la Iglesia para dar testimonio de Cristo en la plaza pública. Es por esta razón que la relación entre el matrimonio y la libertad religiosa es un tema crucial y necesita que se le preste mucha atención.
El video que trata sobre el impacto que tendría en la libertad religiosa el reconocimiento legal de las uniones de personas del mismo sexo está en producción y estará disponible en el 2012. Por favor, refiérete a las preguntas más frecuentes (FAQs) para informarte mejor.